domingo, 19 de abril de 2020

¡MI HIJO NO ME OBEDECE!


¿Cómo padre/madre, qué puedo hacer?


En la actualidad, muchos padres “sufren” las consecuencias de la desobediencia de sus hijos.
Pero, ¿Qué significa la expresión niños desobedientes? Y ¿Cuáles son las causas de esta desobediencia?
Podríamos decir que la desobediencia es el resultado directo de dos tipos de acciones de los padres: los límites excesivos, o los límites permisivos.
Pero son muchas las ocasiones en las que se ha podido comprobar cómo en los diferentes modelos familiares se ha pasado de este autoritarismo nada adecuado a una total permisividad exagerada, algo desaconsejable. En ambos casos los resultados en los hijos es el mismo: rebeldía y tiranía a causa de unos niños débiles e inseguros. 
Hay que encontrar el equilibrio en el estilo de educar desde sus primeros años para poder guiar a los hijos por el buen camino de una educación acertada, y solo se conseguirá si se puede educar con flexibilidad sabiendo decir que NO cuando corresponde y sabiendo decir que SI cuando se lo merecen.
Sus hijos necesitan autoridad con flexibilidad y que se apliquen con límites, normas claras y además bien establecidas. Pero también debemos combinar estos límites y normas con afecto, compresión, atención y mucho amor. Los hijos necesitan saber que queremos de ellos.
En la mayoría de los casos, los niños desobedientes no presentan ningún tipo de “anomalía”; sino que son el síntoma directo de un incorrecto establecimiento de límites.

Pautas de actuación:
A continuación vamos a ofrecer varias pautas de actuación dirigidas a padres para mejorar la obediencia de sus hijos.

Distancia: Aclara tu queja desde una distancia cercana (reuniros en una habitación o lugar privado para comunicarle tus quejas).

Contacto visual: Busca y establece el contacto con los ojos. Pide que te mire si es necesario.

Tono de la voz: Utiliza un tono de voz apacible, pero a la vez firme, no hables fuerte ni grites para obtener su atención. La finalidad es que os entandáis, no que te tema.

Sin emoción: Controla tus emociones, especialmente el enfado y la súplica. Las reacciones demasiado emotivas pueden agravar la situación.

         No conviene: Gritar, insultar, hacerle sentir culpable o inferior,  ni amenazar

Frase directa, exigente: La utilización de peticiones directas en vez de preguntas o invitaciones aumenta el grado de obediencia.

         No conviene: ¿Podrías parar de molestar a …?. “Te pido …”.
Conviene: Siéntate y para de molestar a Pedro (una descripción positiva).

Frases positivas: Es más eficaz que utilice peticiones positivas pidiendo que el niño adopte un comportamiento aceptable.

         No conviene: “Para de hablar, de moverte. No más”.
         Conviene: Siéntate y empieza tu trabajo.

Frase descriptiva o detallada y precisa: Las peticiones detalladas o exactas y positivas son preferibles a las confusas o demasiado generales. Tienes que dejarle el mensaje tan claro como puedas.

No conviene: “Presta atención”.
         Conviene: “Siéntate sobre la silla, pon los pies en el suelo, las manos sobre la mesa, mírame”.

Plazo: Deje tiempo a que su hijo reaccione a su petición (de tres a cinco segundos). Durante este tiempo no hable con él (sin discusión ni tampoco excusa), no vuelva a formular su petición ni añada otra nueva. Mire simplemente a su hijo a los ojos en espera de que va a obedecer.

Repetición: Es aconsejable que no repita más de dos veces una orden. Por lo mismo no enumere rápidamente una serie de órdenes.

         No conviene: “Por favor compórtate bien, haz tus deberes y no molestes a tu hermana menor”.

Por último y muy importante,

Refuerzo: No debemos exigir un comportamiento a su hijo y después ignorarlo cuando lo ejecuta. Si desea más obediencia de sus hijos, ofrezca gratificaciones y refuerzos sinceros. Exprese su buen comportamiento con palabras y gestos de apoyo.

domingo, 12 de abril de 2020

EDUCACIÓN EMOCIONAL EN FAMILIA





Esta nueva forma de convivencia puede originar emociones negativas. Para ello os ofrecemos una serie de consejos para comprender a vuestros hijos en  la situación actual, y para ayudar a que sus conductas ante el nuevo modelo de trabajo dificulte en lo mínimo su rendimiento en esta etapa de refuerzo y consolidación de contenidos básicos que ya se han impartido.

- Ser modelo de conducta. Si ellos ven que estamos tranquilos y tenemos paciencia, ellos aprenderán a gestionar sus emociones de la misma forma. Y de igual manera, si ellos ven que nosotros nos mantenemos activos, tenderán a hacer lo mismo.


- Escuchar. Es importante escuchar sus emociones y transmitirles lo que nosotros sentimos, para que ellos vean que todos pasamos por momentos difíciles y los podemos gestionar.


- Comunicarse con los demás. A través de vídeo llamadas individuales o grupales con los familiares y amigos. Una pequeña charla o unas risas con las personas más cercanas, minimizan la tensión. 


- Limitar la información que reciben. El aumento de información que recibimos estos días, hace que aumente la ansiedad, es importante limitarla. Responderemos siempre a sus preguntas, con datos acordes a la edad. 


- Más flexibles, pero con límites.. Negociar con ellos un horario mantendrá una disciplina desde la tranquilidad. El horario puede ser para toda la familia. Todos tenemos que tener rutinas. 


- Compartir espacios en familia. Reunirnos juntos realizando alguna actividad. Os proponemos algunas actividades:

o   Tablas de ejercicio en familia: poner un video en alguna plataforma y todos juntos en familia ¡les encanta a todas las edades!

o   Jugar a juegos de mesa

o   Hacer un puzzle. ¡Es un gran reto para todos!

o   Ver series en familia: se puede alternar según los gustos

o   Bailes familiares: a través de plataformas

o   Cocinar en familia


- Ellos son parte de la solución. A veces los niños se frustran porque quieren volver a sus rutinas. Comunicarles que lo que están haciendo es la solución a un problema. 


- Control del sueño: Es importante marcar unos ritmos de sueño. Ponerles una hora para levantarse entre semana hace que lleguen más cansados por la noche y se acuesten antes; lo cual mantiene los ciclos nocturnos y pueden rendir mejor durante el día.


- Establecer rutinas. Como ya sabemos, para pasar tanto tiempo en casa es importante tener una rutina para que psicológicamente nos ayude a mantener un equilibrio en nuestras vidas donde se incluya la participación en las tareas de la casa, el deporte, los juegos en familia y alguna actividad novedosa que nunca hayáis realizado.